El guerrero y la joven bella.
Érase una vez una joven llamada Kira que vivía con su familia en un pueblo, entre montañas tenebrosas y oscuras. Un día, decidió cruzarlas a pie para ir en busca de las medicinas de su padre enfermo.
En el trayecto se encontró con un joven príncipe llamado Shao-Lin. Cuando se cruzaron sus miradas fue un amor a primera vista pero la chica continuó su camino hacia la ciudad.
Poco después, se encontró a una malvada bruja envidiosa porque Shao había quedado prendado de ella. Ésta intentó matarla pero, en ese momento, apareció el guapo joven que cogió su catana y mató a la bruja. Aunque ya era demasiado tarde: la malvada le había inyectado ya a la chica un veneno que consumía poco a poco las energías de quien lo tomara. La única solución para curarla era que un príncipe la besara.
Pasaban los días y Kira iba a pie a la ciudad, con cada vez menos fuerzas pues le empezaba a hacer efecto lo que había ingerido. Ella creía que no se salvaría y no podría volver a caminar por las montañas ni ver más a su enamorado.
Decidió ir por última vez y ver a Shao. Allí estaba él, esperándola, aún no sabía nada de su enfermedad, ni ella sabía que él era un príncipe. Kira sólo le decía que no podían seguir viéndose, sin explicarle por qué. Para despedirse, él la besó y la curó; se dijeron toda la verdad.
Se casaron y fueron muy felices para siempre.
Sheila y Carla.
1º ESO C.
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